"... Entre las obras que quería presentar, se encuentra un tablero destinado al Msid, la escuela coránica. Una superficie blanca finamente veteada, suficiente para dar esta sensación única de material. Algunas huellas negras, intangibles, dispersas, llegan al final parte inferior del cuadro para proporcionar un contrapunto que animara la vibración del conjunto sin caer en la más mínima exageración. En el acto tuve la sensación de que allí se decía algo esencial, ejerciendo una innegable atracción, algo de orden. .

Este despojo riguroso se basta por sí solo, sin otra explicación, es una especie de absoluto, un momento privilegiado en la pintura, absoluto significa valerse por sí mismo. Hay que decirlo e insistir, en este gesto Mounat no tiene ninguna intención deliberada, ningún efecto deseado, la espontaneidad va más allá del cálculo y creo que podemos leer, en esta modesta realización en tamaño, las premisas de una nueva experiencia. Me digo que hubiera preferido escribir las primicias, otra grafía, otro significado, así se designa a las primicias que la tierra puede dar. No me habría equivocado y estaríamos cerca de una verdad cierta".

-Edmond Amran El Maleh